El título de este blog, pretende ser un adelanto (aunque chusco) de lo que se quiere incluir en el: ‘un espacio para todo’; si bien ha habido música… no veo porque no pueda tratarse otra cuestión:
…A través del bondadoso medio del internet, pude ver algunas fotografías de la muestra organizada por el Instituto de Antropología e Historia “México la historia en calaveras”; más allá de lo fabuloso que se ven los personajes de nuestra historia; los artistas, no artesanos, logran mostrar más que a ‘quiénes hicieron historia’; muestran como la vivimos los mexicanos; lo anterior lo menciono especialmente por una de esas fotografías, en la que a partir de plastilina y cartón, se hace una alusión directa a la situación en que vivía el pueblo mexicano durante el periodo denominado porfiriato; se nos muestra de forma cruenta algo que según sabemos fue una característica, nada encantadora, de la época: la desigualdad: a la vez que esa época fue de progreso para muchos, de industria y de opulencia; para otros fue tiempo de pobreza y discriminación.
Cuando recordamos ese episodio de la historia y en verdad nos situamos en aquellos años, solo nos queda un consuelo “ya paso, se acabó”; después de más de tres décadas, a base de esfuerzo y voluntad por medio de las armas y con el coste de miles de vidas que se perdieron (por así decirlo, al final no se perdieron pues murieron por una causa) a lo largo de los años que duro la denominada revolución mexicana, los mexicanos dejamos atrás ese episodio.
Nadie niega que desde el porfiriato, después de una revolución y otros muchos sucesos las cosas han cambiado… pero queda la pregunta: ¿realmente ya se acabó? ¿Se acabaron las desigualdades y la pobreza para unos? ¿Se acabó la opulencia para otros?
Como mexicana de ninguna manera sobajo la importancia de la revolución, muchas instituciones derivaron de ella, muchos abusos se acabaron; las transformaciones que se lograron a partir de la revolución son visibles en el ámbito económico, social o jurídico (nuestra propia constitución). Igualmente sé que quienes participaron activamente en la revolución mexicana tenían múltiples objetivos, desde terminar con la dictadura, llegar al poder a acabar con los latifundios… pero considero que esos objetivos se deberían haber visto traducidos en equidad para los mexicanos y en el bienestar social como fin último del estado.
Entonces me pregunto: ¿Qué salió mal? Es que, finalmente, ¿no hay forma de acabar con la desigualdad? Lo que muchos han anhelado no se ha logrado, el que fue el motor de todo un movimiento sigue tan lejano y aparentemente tan inalcanzable como hace ya unos cien años; los nombres de quienes dieron las vidas por la causa cada día parecen mas borrosos y lo que otros lograron plasmar en papel y convertir en leyes a base de esfuerzo constancia y desvelos se aleja mucho de la realidad.
Lo anterior solo es una reflexión y busca que quien lee pueda meditar al respecto;
Solo quiero aclarar que lo que yo denomino igualdad o equidad (si bien no son lo mismo) no van acompañados de una ideal socialista pura ni mucho menos: creo que esa igualdad se debe ver traducida solo en igualdad de oportunidades y en la no discriminación; finalmente si se ha de discriminar en algo , entendiéndose esta más bien como una elección entre iguales que no se tome en cuenta la cuna de origen de las personas, su estrato social, su color de piel o nimiedades de ese tipo, sino que se consideren sus virtudes, su compromiso, sus principios, su moral, su esfuerzo y su honestidad; por supuesto que habrá diferencia pero no será cuestión de estatus, sino de virtud.